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Dime como hablas....





DIME COMO HABLAS... Y TE DIRÉ DONDE CAE TU MERCURIO NATAL




   Todos hemos hecho alguna vez el intento de reconocer de qué signo es quien tenemos delante, o quien nos gusta. Normalmente vemos algún rasgo que nos recuerda a tal o cual signo y enseguida nos decimos "éste o ésta es Sagitario".

   La mayoría suele decirse "esta persona es Leo (u otro signo)" porque ha visto rasgos Leo en ella. El error está en adjudicar esto que se ve a la posición del Sol. Cuando alguien es Leo, o Tauro, es porque su Sol cae en esos signos, pero lo que se ve no siempre lo está mostrando el Sol, con lo cual la teoría falla estrepitosamente.

   Los fracasos usando esta técnica nos dejan hundidos como astrólogos... y no producen buenos efectos si los hemos querido usar para ligar.

   Pero hay un sistema que pocas veces falla: observar cómo habla esa persona, qué cosas dice, cómo las dice (velocidad, dicción, contenido) para averiguar dónde tiene situado Mercurio.

    ¿Como hacer esta tarea?...


¿DONDE TIENE SU MERCURIO?

  Dime como hablas... ...Y te diré dónde tienes a Mercurio. Y si sospecho donde está tu Mercurio, podré saber donde está tu Sol. porque el Sol tiene una elongación máxima de 28º con Mercurio. En primer lugar diferenciaremos el signo en el que puede encontrarse Mercurio. Esto será difícil, porque podemos confundir un Mercurio en Capricornio con un Mercurio aspectando a Saturno o con un mercurio en casa oculta. Pero vamos a olvidarnos de los problemas y entremos en la teoría.

  Los rasgos más llamativos de Mercurio son la cantidad de expresión y la calidad. Así pues, en relación a la cantidad, tenemos personas que hablan:
  • Mucho: signos de fuego, aire.
  • Normal: signos de tierra, aire.
  • Poco: signos de tierra, agua.

   En relación al contenido del mensaje, tenemos personas que hablan:

  • De cualquier cosa: signos de fuego, aire.
  • De sus emociones, cuestiones subjetivas: signos de agua.
  • De temas objetivos: signos de tierra, aire.

   Ya sé que esta división no es exhaustiva, ni mucho menos, pero nos da una pista de por donde tenemos que buscar
. Una vez situado Mercurio, aplicamos la teoría y esta nos dice que el Sol no estará a más de 28º de elongación. Es decir, que si hemos deducido que el Mercurio de nuestro acompañante está sin duda en Piscis (porque su mensaje es escaso, misterioso, da poca información de sí mismo e incluso da la sensación de que oculta algo), nuestras opciones con el Sol se reducen a tres signos: Piscis, Aries y Acuario. Si la poca información que da nuestro amigo se refiere a "lo mucho que disfruta conduciendo a toda velocidad", o nos habla de sus empresas, seguro que estamos ante un Aries. Si la poca información se refiere al hospital en el que trabaja, estaremos ante un Piscis. Si la poca información se refiere a temas científicos, estaremos ante un Acuario.


    De la misma forma, si nuestro amigo habla por los codos, estaremos ante un Mercurio en un signo de Fuego. Ahora hay que decidir cual de los tres signos de fuego es el adecuado. Habla de sí mismo con verdadera adoración (Leo), habla de sus viajes, de sus aventuras (Sagitario), habla de sus proyectos (Aries). Una vez elegido el signo de Mercurio, nuestras opciones se reducen a tres signos, de nuevo. El signo central y los dos signos anterior y posterior.

  
 NO TODO ES TAN FÁCIL: ASPECTOS A MERCURIO

   Esto que acabo de exponer, por supuesto, está sometido a multitud de variaciones e influencias espúreas. En efecto, los aspectos a Mercurio, e incluso al Sol, de otros planetas, producen efectos tan parecidos que en la práctica son muy difíciles de distinguir de un Mercurio en un signo determinado. Hay planetas que vibran con la energía o frecuencia de ciertos signos, y estos planetas son sus regentes: Saturno vibra con la energía de Capricornio y Acuario, Urano con la energía de Acuario (y Capricornio), Marte con la energía de Aries, la Luna con la energía de Cáncer... bueno, esto es sabido por todos. Así un Mercurio conjunto a Saturno nos va a dar la impresión de tener ante nosotros a un Capricornio... y nos equivocaremos de nuevo de forma lamentable.


LA REGLA DE ORO

   Para no cometer errores, la regla de oro es actuar como si tuviésemos a Mercurio en casa XII: oir, ver y callar. Si acaso, preguntar y escuchar. No actuar con precipitación, actitud muy común en la mayoría de los astrólogos (no solo entre los recién llegados a esta mancia) y procurar sacar conclusiones poco a poco. Vale más callar que decir algo poco meditado. Tan sólo al cabo de un tiempo, una vez sacadas conclusiones y elegidos los tres signos básicos, mediante preguntas certeras se puede indagar donde cae realmente el Sol.


CUIDADO CON LA CASA I

    Otro elemento con el que hay que tener cuidado es con el ASCENDENTE y los planetas situados en la primera casa. Estos planetas "chillan" o están amplificados. Es muy común confundir el aspecto de una persona ("parece Leo") con el signo solar. Si "parece" algo, es que su físico nos lo dice, y por tanto estamos viendo su ascendente. Y los planetas situados en la casa I nos modifican el aspecto físico de forma ostensible, así que es muy posible que pensemos que alguien con la Luna en casa I es realmente un Cáncer. Eso pasa muchísimo.




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