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Partes arábigas

  

LAS PARTES

            Curiosamente, a pesar de ser llamadas “partes arábigas”, su origen es griego. Posteriormente fueron usadas de forma extensiva (exagerada sería la mejor expresión) por los astrólogos árabes, quienes las empleaban para cada detalle de la vida que quisieran interpretar. Se han llegado a descubrir más de 140 partes en antiguos textos astrológicos.

            Una “Parte” es en realidad una fórmula que mezcla varios elementos de la carta natal, con objeto de “resumir” las influencias de dichos elementos en un punto. En esa fórmula se suman o se restan ángulos y dichos ángulos pueden referirse a cúspides de casas, planetas y aspectos. 


            El nombre “Parte”, proveniente del latín “pars”, hace referencia a un territorio o zona de la carta a la que se le asigna el significado concreto (así el Pars Fortunae correspondería a la zona de la carta afectada por la fortuna, o aquella zona de la carta en la que el nativo encontrará la fortuna, etc…).

            En inglés, y siempre según Eduardo Gramaglia, la palabra referida a Pars es “lot”, y en griego “kleros”. Todas hacen referencia a “porción” o “fragmento”.

            El origen de las partes lo encontramos en la obra de Hermes Trismegisto, el Panaretus. Esta obra hace mención de 7 partes herméticas, que se corresponden con cada uno de los 7 planetas conocidos en aquel entonces:

-        Parte de la Fortuna: Luna.

-        Parte del Espíritu: Sol

-        Parte de la Necesidad: Mercurio.

-        Parte de Eros: Venus.

-        Parte del Coraje: Marte.

-        Parte de la Victoria: Júpiter.

-        Parte del Destino: Saturno.

 

En su obra Apotelesmática, Paulo Alejandrino establece las siguientes características a cada una de esas partes:

 

La Parte de la Fortuna engloba todo lo relacionado con las posesiones, reputación y privilegios. Hace referencia al cuerpo y a las actuaciones que uno realiza durante la vida.

La Parte del Daimón (Espíritu) hace referencia a la conciencia que gobierna nuestras actuaciones y el poder interior que dirige nuestros actos. Se refiere al alma, al intelecto o fuerza interior que nos guian.

La Parte de Eros hace referencia a aqulla fuerza que nos hace relacionarnos y a los deseos que nos mueven en el mundo.

La Parte de la Necesidad hace referencia a todo lo que nos limita y que nos obliga a luchar y enfrentarnos con dificultades. Establece donde están nuestros enemigos y donde tendremos que hacer un esfuerzo por superarnos.

La Parte del Coraje nos habla de aquello que nos hace perder el control y todo lo que puede ser causa de infamia y de temeridad.

La Parte de la Victoria se refiere a todo aquello que nos facilita las cosas y a lo que nos beneficia y recompensa.

La Parte del Destino o Némesis hace referencia a aquello que nos destruye, nos mata o nos exília.

 

FÓRMULAS DE LAS SIETE PARTES

Parte de la Fortuna.

Referida a la Luna, se obtiene de diferente manera según la carta natal sea nocturna o diurna. Una carta diurna tiene el Sol por encima del horizonte, es decir en las casas VII a XII. Una carta nocturna tiene el Sol por debajo del horizonte, es decir en las casas I a VI.

 

Diurna: longitud del ASC + longitud Luna – longitud Sol

Nocturna: longitud del ASC – longitud Luna + longitud Sol

 

Al usar en la fórmula estos tres elementos tan importantes, los griegos clásicos lo consideraban de igual importancia que los anteriores.

 

Parte del Daimón (Espíritu).

Referida al Sol.

 

Diurna: longitud del ASC - longitud Luna + longitud Sol

Nocturna: longitud del ASC + longitud Luna - longitud Sol

 

Parte de Eros

Referida a Venus,

 

Diurna: longitud del ASC + longitud Venus – Parte del Espíritu

Nocturna: longitud del ASC - longitud Venus + Parte del Espíritu

 

Parte de la Necesidad (Mercurio)

Referida a Mercurio,

Diurna: longitud del ASC + longitud Parte de la Fortuna – Mercurio

Nocturna: longitud del ASC - longitud Parte de la Fortuna + Mercurio

 

Parte del Coraje (Marte)

Referida a Marte,

Diurna: longitud del ASC + longitud Parte de la Fortuna – Marte

Nocturna: longitud del ASC - longitud Parte de la Fortuna + Marte

 

 

Parte de la Victoria

Referida a Júpiter,

Diurna: longitud del ASC + longitud Júpiter – Parte del Espíritu

Nocturna: longitud del ASC - longitud Júpiter + Parte del Espíritu

 

Parte de Némesis (Saturno)

Referida a Saturno,

Diurna: longitud del ASC + longitud Parte de la Fortuna – Saturno

Nocturna: longitud del ASC - longitud Parte de la Fortuna + Saturno

 

 

IMPORTANCIA Y USO

     Actualmente no se les da demasiada importancia al Parte de la Fortuna (Luna) , o al Parte del Espíritu (Sol), pero los griegos y los árabes los consideraban puntos importantísimos en la carta natal. Tanto es así que el aspecto que hacían al Sol o a la Luna era considerado de importancia vital a la hora de valorar la carta, y al mismo nivel que la consideración que se hacía de los aspectos al Ascendente, al Sol o a la Luna. La consideración se hace en base a que se está describiendo una igualdad, porque lo que se mide es el arco que hay entre el Sol y la Luna y se traslada al Ascendente, dándonos el Parte de la Fortuna. Es decir, la distancia entre estos es la distancia entre Sol y Luna. Todas estas fórmulas son complementarias:

 

Parte de la Fortuna diurna = Parte del Espíritu nocturno.

Parte de la Fortuna nocturna = Parte del Espíritu diurno.


Para los griegos la Parte de la Fortuna era conocida como Parte Lunar, y su significado giraba en torno al físico y la prosperidad, pero es que tiene su razón de ser, porque al fín y al cabo la Luna nos indica la raiz y origen de nuestra casa u familia, mediante la que nos arraigamos en el mundo. Así que la disposición mejor o peor de esta Parte indicará como nos “arraigamos físicamente al mundo”, qué posesiones materiales tenemos y de qué éxito disfrutamos en él.

Es decir, por su posición y aspectos, esta Parte, ella sola, debería indicar el grado de éxito o ascenso personal del nativo, porque indicará el grado de interrelación del nativo con el mundo físico.

La Parte del Daimón o Espíritu, por el contrario, nos habla más bien de caracter y poder personal. Se referirá al carisma o magnetismo que destila esta persona. Indicará el sendero espiritual que habremos de recorrer y en el que nos vamos a convertir, aunque ya lo somos, de hecho. Es el camino del héroe, la vía hacia la iluminación. En ese sentido, nos está hablando de nuestro futuro.